miércoles, 15 de agosto de 2012

¿TE SIENTES RECHAZADO...?


El sentimiento de rechazo, es uno de los que más hace sufrir a muchas personas.


Quienes se sienten rechazados, no se sienten aceptados en su medio social, sino resistidos, y por ende, se sienten tremendamente solitarios, y tienen dificultad de hacer relaciones profundas.  Estas personas, sienten que no pertenecen  a algún espacio o comunidad natural, generalmente declaran ser incomprendidos, no escuchados por sus familiares cercanos, menospreciados, abandonados, marginados. La persona que sufre sentimientos de rechazo, generalmente enfrenta también serios problemas familiares y/o sociales.

Muchas de estas personas, al sentirse rechazadas, buscan un escape en el consumo desmedido de alcohol, en las drogas, u otros vicios, y responden al supuesto rechazo por medio del aislamiento, y en casos extremos, por la violencia. 

Lo extraño en todo esto, es que en la mayoría de los casos, en principio, no existe un rechazo objetivo hacia la persona, sino actitudes o palabras inadecuadas que, afectando a un carácter hipersensible, produce estos sentimientos de rechazo.

Jóvenes que por una u otra razón se sienten rechazados por sus familiares, profesores, o compañeros de estudios, tienen la tendencia a asociarse en grupos cerrados, o pandillas; estas asociaciones, les hacen ser realmente rechazados, creándose un círculo vicioso.

Los sentimientos son problemáticos, y casi siempre, sumamente engañosos.

El ser humano, fue creado por Dios para vivir en comunidad; es necesario el amor, el compañerismo para poder vivir y desarrollarnos bien; la interacción ayuda al crecimiento interior de toda persona.  No es la voluntad de Dios, que una persona sea rechazada por los demás.  Dios mismo, nunca nos rechaza y a pesar de ser como somos,  Dios siempre busca al necesitado.

David, en uno de sus salmos expresa: 10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá (Salmo 27: 10)”.  Dios quiere rescatarnos de todo mal.

Esta confianza de David, puede también ser la nuestra, en nuestra soledad, porque  Jesús dijo a sus discípulos: 37Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera (Jn. 6: 37)”. 

En la parábola del hijo pródigo, relatada por Jesús, el padre esperó el regreso de su hijo perdido por mucho tiempo; el hijo había tocado fondo en una vida disipada, lejos de su hogar, solo y abandonado en su desgracia; entonces resuelve regresar donde su padre: 20Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó (Lc. 15: 20)”.

Del mismo modo, Dios quiere poner término a tus sentimientos de rechazo y soledad.

Sea cual sea tu situación, no te desanimes, porque hay una solución para cada conflicto de la persona humana:

Tenemos una muy buena noticia para compartir contigo, que puede cambiar radicalmente lo que piensas, lo que sientes y lo que haces.

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Esperamos conversar pronto contigo; invítanos a tu domicilio y te ayudaremos a encontrar solución para tu necesidad: ebintegral.blogspot.com

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