Desde
niños hemos procurado la alegría, la felicidad. Sin embargo, las tristezas
siempre nos han acompañado en cada tramo del camino. Llegamos a descubrir a
golpes que la vida es dura.
La
juventud nos dio nuevas expectativas, nos abrió nuevos horizontes, nos mostró
nuevas formas de gozar la vida. Sin
embargo, también descubrimos que esta alegría es pasajera y el costo de pasarlo
bien, muchas veces es muy alto; deja el sabor amargo de la frustración, de la
soledad y del fracaso.
¿Cómo
es posible encontrar alegría en un mundo cada vez más individualista y
excluyente? ¿Qué alternativa nos queda?
Dios quiere que seas
alegre:
“9Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en
los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista
de tus ojos; pero sabe, que sobre
todas estas cosas te juzgará Dios. 10Quita, pues, de tu corazón
el enojo, y aparta de tu carne el
mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad. 1Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud,
antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No
tengo en ellos contentamiento;”
(Ecl. 11: 9 – 12: 1)
Dios
está de tu parte y quiere que seas un joven alegre, que disfrutes de la vida,
pero ha establecido límites para que tu alegría no se transforme en desgracia;
Él juzga todas las acciones.
En
todas las cosas de valor y que demandan esfuerzo, hay que quitar y apartar lo
que es dañino para que no se destruya lo bueno que estamos labrando. El mejor
modo de cultivar una vida que se caracterice por la alegría y que asegure
buenos frutos, es involucrando a Dios en ella y el mejor tiempo para hacerlo,
es cuando aún se es joven, cuando el árbol aún está tierno y puede ser
enderezado.
Pero si te sientes fracasado y sin
fuerzas para seguir adelante, no te desalientes, pues en Dios podrás encontrar
la forma de restaurar tu vida. Todo
es posible para Dios, por medio de su Hijo Jesucristo.
Te
invitamos a conocer a Jesús: Queremos compartirte una muy BUENA NOTICIA.
Estamos a tu disposición, porque nosotros en
Cristo hemos encontrado la alegría de vivir y la vida eterna: ebintegral.blogspot.com
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